En una realidad no tan paralela, Adán mordió la manzana de un sistema violento y opresor que lo condenaría a él mismo y a las sociedades a través del tiempo. Una manzana plagada de ‘pecados estructurales’, sociales y económicos que han ‘envenenado’ a las minorías, a las mujeres y a la comunidad LGBT+.
Con el estallido del movimiento feminista se abrió una ventana para salir del séptimo círculo del infierno de Dante Alighieri, y así romper el juramento patriarcal que ha generado un sinnúmero de violencias, desigualdades y discriminaciones a lo largo de la historia.
Por lo que se vuelve urgente ‘volver a nacer’ fuera del canon y ‘lo establecido’ ante un clima de terror en el que los feminicidios, la manifestación más extrema y cruel de la violencia de género, no cesan y cuando las expresiones patriarcales y machistas se reproducen día tras día, generación tras generación y gobierno tras gobierno.
En lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador, según datos oficiales, los feminicidios se han elevado un 5.56% pasando de 898 carpetas en 2018 a 948 en 2022, esto sin tomar en cuenta los 6 mil 700 homicidios de mujeres en ese mismo año que no llegan a ser tipificados por brechas en la información y/o en el proceso judicial. Mientras que a nivel global, más de 80 mil mujeres y niñas fueron asesinadas en 2021, y más de la mitad de estos delitos fueron cometidos por la pareja o algún familiar, según la ONU.
“Los hombres que maltratan, violan y asesinan a sus novias, exnovias o esposas no están locos ni enfermos: matan porque son machistas y violentos. Son profundamente fieles al patriarcado, lo asumen sin cuestionarlo”, puntualiza la escritora y comunicadora Coral Herrera en su libro Hombres que ya no hacen sufrir por amor.
Mandamiento: No asumirás que eres el único protagonista en esta historia, y la penetración no es la única manera
“Nuestra cultura todavía actúa como si el clítoris fuera una especie de secreto o algo que ocasionalmente podría involucrarse en el sexo, pero en términos de placer, el clítoris es realmente el equivalente”, dijo la fundadora de la campaña The Clit Test , Frances Rayner a Vogue.
The Sex and the City desafió increíblemente el dogma y su éxito dio cuenta del hartazgo social frente al falocentrismo en la vida real que perpetúa asimetrías y privilegios en la cultura, el lenguaje y las relaciones. Veinticinco años después seguimos hablando de ello.
Y es que movimientos como The Clit Test y Find the clitoris' challenge han surgido recientemente para gritar a los cuatro vientos el papel del clítoris en la sexualidad y en las construcciones sociales y de poder así como el gran pendiente de visibilizar las necesidades y el placer de las mujeres como una prioridad.
De acuerdo con el Institutio de las Mujeres de España, casi el 60% de las jóvenes en ese país ha tenido sexo sin apetito y deseo propio, probablemente solo para satisfacer el de su pareja vinculándose con las normas y los roles estereotipados.
“Debe cambiar el hecho de que las películas de Hollywood y la pornografía tergiversen la experiencias de hasta el 94% de las mujeres”, dijo Rayner.
Mandamiento: No serás un macho hegemónico
Tuvimos ya suficiente de las masculinidades a las que si les retiras las capas de la cebolla, encontramos una fragilidad que trata de ser escondida bajo la violencia y la etiqueta del “macho alfa”.
La masculinidad tradicional le da a los hombres una posición privilegiada, pero los condena a perpetuar el mandato que los va consumiendo en todos los sentidos con letras chiquitas en el contrato:
Necesidad de reafirmarse constantemente, invulnerabilidad, fortaleza inagotable, hipersexualidad, dominio, agresión y control, enojo, incapacidad de una gestión emocional, distanciamiento, infidelidad, entre otras.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de NY, citado por el Instituto De Machos A Hombres, arroja que incluso los jóvenes hetero tienen relaciones no deseadas solo por cubrir la expactativa de la alta virilidad. "En la construcción de nuestras identidades, seguimos perpetuando reglas no escritas, como parte de un supuesto código moral entre ‘hermanos'", dice el IDMAH.
Mandamiento: No desearás una relación basada en cuentos de hadas
Si Disney está deconstruyéndose es porque fuera de las pantallas lo estamos haciendo también. Las mujeres nos cansamos de ser princesas ingenuas incapaces de amarnos y salvarnos a nosotras mismas y ahora queremos ser brujas que desmitifican y comprenden que el amor no debe doler y que los vínculos requieren de responsabilidad afectiva.
“Esta concepción del amor contribuye a mantener patrones de conducta desiguales que con frecuencia conducen a la violencia en las relaciones. Generalmente son las mujeres las que deben sacrificarse, sufrir, renunciar a sus sueños y aspiraciones, y a darlo todo ‘por amor’”, dice la Conavim.
Mitos del amor romántico para echar al fuego: el amor es eterno y todo lo puede, el amor duele, sus celos significan que te ama y te cuida, el amor es posesión, renunciar a ti misma por amor, necesidad por encontrar a mi otra mitad, te quiero más que a mi vida.
Mandamiento: No jugarás con la mente de tu pareja
No, no estás loca… El término es retomado a partir de la película Gaslight (1944) en la que un hombre le miente a su pareja y le hace creer que ella está enloqueciendo.
Así es que el gaslight define las tácticas de los abusadores para amenazar y controlar a sus víctimas, explica el IDMAH, tratándose del abuso emocional más sútil y manipulador con el que se busca que la víctima dude de su propio criterio o percepción dañando su salud mental y provocando confusión, ansiedad o baja autoestima, según el sitio Psicología y Mente.
Frases del gaslighting: Nunca dije o hice eso, lo estás imaginando, es que tú eres muy sensible, solo fue un comentario, eres una exagerada, qué drama haces, estás loca.
Mandamiento: No hablarás del cuerpo de otras personas
Casos como los de la actriz Michelle Rodríguez y Selena Gómez y de las cantantes Camila Cabello y Yuridia dejaron clarísimo lo que está ocurriendo con fuertes repercusiones para la salud mental de las mujeres.
Sí, la gordofobia es otro espacio fértil de opresión y violencia simbólica al desprenderse de los mandatos estéticos y la cosificación patriarcal, y en México, el sobrepeso es uno de los principales motivos por los que se discrimina a las personas, según datos oficiales. En la Ciudad de México, por ejemplo, es el móvil número uno por el que se sufre discriminación.
Recientemente en redes se cuestionó: ¿por qué no se le señala esta condición a caras masculinas como Guillermo del Toro o a Agustín Carstens?
Mandamiento: No te construirás bajo la heteronorma
En su momento, el caso de Sam Smith desbordó las redes cuando fue criticado por vestirse como mujer.
Como si fuera el primer viejo mandamiento de la caja de la masculinidad: la heteronormatividad odia todo aquello que no se considere hetero y promueve que se asuma que todo el mundo lo es de manera “natural” simbolizando un ideal superior y correcto frente a lo opuesto.
Como apunta Herrera (Hombres que ya no hacen sufrir por amor): Los hombres patriarcales viven con un miedo constante a la homosexualidad. Sólo se besan, se tocan el cul0 y se frotan los cuerpos cuando meten un gol: el resto del tiempo están continuamente reprimiendo a los compañeros.
Mandamiento: No subestimarás el conocimiento de las mujeres
Esta es la vieja y conocida práctica que subestima las capacidades de las mujeres. Los hombres les arrebatan el poder y espacio de expresión para comentar aquello “de una mejor forma” o para “brindarles una explicación” bajo un tono paternalista y condescendiente.
La escritora Rebecca Solnit acuñó el mansplaining en el libro Los hombres me explican cosas, en el que narró el momento en el que un hombre intentó explicarle el contenido de un libro que ella misma escribió.
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